En el medievo, en nombre de Dios y su fanatismo, se condenaba a los sicóticos, al igual que a los hombres ilustrados y criminales, por su incapacidad para conformarse con los falsos conceptos profesados oficialmente, a diversas clases de tortura.
Pero las edades posteriores no han cambiado mucho más e inflingen así nuevos castigos, ahora ingeniadas con mucho refinamiento.
Cada vez que alguien es diferente, por el motivo que sea, es sin más rechazado y relegado a un segundo plano, no es aceptado por la mayoría.Posiblemente el rechazo se encuentra con el temor. Los rechazos confirman prejuicios y temores que terminan justificando las barbaridades.
…Y yo hombre sufrido, no puedo prescindir
de una cosa. Que es más fuerte que yo, que
constituye mi vida real:.es decir, de la capacidad.
de crear.
Van Gogh, Cartas
En las emociones negativas, en la sed que tiende a dar vida a las formas, radica el motor de la actividad creadora.
La presencia de lo inalcanzado o de lo inalcanzable, en la fuerza de la imaginación nace la tensión emocional.
Tanto el escultor que da vida al barro, el escritor o el poeta sumergido en sus palabras. Todos ellos se sienten invadidos en un principio por la angustia y la impotencia ante una falta de formas de una idea primitiva, cautivados por la inquietud y permanecen a la espera de nuevas formas, antes de que surja el genio creador. Todo son un cúmulo de formas en proceso de maduración, sin poder ser dominadas, esta fase se caracteriza por una participación disminuida del consciente, por el predominio de impulsos, deseos, fantasías. En este momento aparecen manifestaciones similares a la actividad onírica o a estados de intoxicación.
Todo se desarrolla en silencio, se madura, para explotar, desde lo más íntimo del ser.
Así se desencadena la descarga de la tensión interna.
El individuo creador que se encuentra en tensión emocional busca el objeto deseado y termina por encontrarlo “el objeto real” pero este al mismo tiempo creado por el individuo, marcado por el tatuaje del miedo o el deseo.
La diferencia entre el proceso creador de un artista y los procesos creadores de algunos enfermos consiste generalmente en la media en que el individuo es capaz de dar forma, activa y conscientemente a la primitiva y sin sentido invasión de impulsos, y eliminando así la tensión emocional.
El enfermo está totalmente invadido absorbido por la angustia. El deseo el odio y el miedo. Permanece en la primera fase de la inspiración.
A pesar de todo ello, con frecuencia es difícil distinguir, desde el punto de vista psicológico, entre originalidad creadora de un artista y la de un enfermo. Los dos con una carga de hipersensibilidad, insatisfacción y la tensión emocional.
Existe, quien dice que el talento puede nacer en la psicosis. No se trata de una glorificación de la enfermedad, sino únicamente de la comprobación del hecho de que las fuentes enérgicas de la creación, se ponen en marcha en las fases agudas de sed psíquica, cuando el manantial no esta al alcance de la mano como una promesa lejana y salvadora de vida, Las fuerzas creadora no se movilizan en el hombre cuando a este no le falta nada, cuando está satisfecho de sí mismo.
Pero las edades posteriores no han cambiado mucho más e inflingen así nuevos castigos, ahora ingeniadas con mucho refinamiento.
Cada vez que alguien es diferente, por el motivo que sea, es sin más rechazado y relegado a un segundo plano, no es aceptado por la mayoría.Posiblemente el rechazo se encuentra con el temor. Los rechazos confirman prejuicios y temores que terminan justificando las barbaridades.
…Y yo hombre sufrido, no puedo prescindir
de una cosa. Que es más fuerte que yo, que
constituye mi vida real:.es decir, de la capacidad.
de crear.
Van Gogh, Cartas
En las emociones negativas, en la sed que tiende a dar vida a las formas, radica el motor de la actividad creadora.
La presencia de lo inalcanzado o de lo inalcanzable, en la fuerza de la imaginación nace la tensión emocional.
Tanto el escultor que da vida al barro, el escritor o el poeta sumergido en sus palabras. Todos ellos se sienten invadidos en un principio por la angustia y la impotencia ante una falta de formas de una idea primitiva, cautivados por la inquietud y permanecen a la espera de nuevas formas, antes de que surja el genio creador. Todo son un cúmulo de formas en proceso de maduración, sin poder ser dominadas, esta fase se caracteriza por una participación disminuida del consciente, por el predominio de impulsos, deseos, fantasías. En este momento aparecen manifestaciones similares a la actividad onírica o a estados de intoxicación.
Todo se desarrolla en silencio, se madura, para explotar, desde lo más íntimo del ser.
Así se desencadena la descarga de la tensión interna.
El individuo creador que se encuentra en tensión emocional busca el objeto deseado y termina por encontrarlo “el objeto real” pero este al mismo tiempo creado por el individuo, marcado por el tatuaje del miedo o el deseo.
La diferencia entre el proceso creador de un artista y los procesos creadores de algunos enfermos consiste generalmente en la media en que el individuo es capaz de dar forma, activa y conscientemente a la primitiva y sin sentido invasión de impulsos, y eliminando así la tensión emocional.
El enfermo está totalmente invadido absorbido por la angustia. El deseo el odio y el miedo. Permanece en la primera fase de la inspiración.
A pesar de todo ello, con frecuencia es difícil distinguir, desde el punto de vista psicológico, entre originalidad creadora de un artista y la de un enfermo. Los dos con una carga de hipersensibilidad, insatisfacción y la tensión emocional.
Existe, quien dice que el talento puede nacer en la psicosis. No se trata de una glorificación de la enfermedad, sino únicamente de la comprobación del hecho de que las fuentes enérgicas de la creación, se ponen en marcha en las fases agudas de sed psíquica, cuando el manantial no esta al alcance de la mano como una promesa lejana y salvadora de vida, Las fuerzas creadora no se movilizan en el hombre cuando a este no le falta nada, cuando está satisfecho de sí mismo.
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