sábado, 17 de septiembre de 2011

"Lo bello es feo y lo feo es bello"

Los historiadores y artistas nos han proporcionado definiciones de lo bello, y hemos podido reconstruir una historia de las ideas estéticas a través de los tiempos. No ocurre igual con la fealdad, que siempre se define por oposición a lo bello, y nunca se le han dedicado estudios extensos.
Decir que belleza y fealdad son conceptos relacionados con épocas y con culturas no significa que no se haya intentado siempre definirlos en relación a un modelo estable.
Se podría sugerir como hizo Nietzsche “Crepúsculo de los ídolos” que “en lo bello el hombre se pone a sí mismo como medida de perfección y “se adora con ello”, el hombre en el fondo se mira en el espejo de las cosas, y considera bello que le devuelve la imagen … lo feo se entiende como señal de degeneración…Todo indicio de agotamiento, de pesadez, senilidad, fatiga, de falta de libertad, el olor , la forma, el color, descomposición… todo esto provoca un juicio de valor feo. ¿A quien se odia? Sin duda la decadencia de su tipo.
La más completa “Estética de lo feo” la elabora Kart Rosenkratz, establece una analogía entre lo feo y el mal moral. Del mismo modo que el mal y el pecado se oponen al bien y son su infierno.



En el mundo cristiano todo el universo es bello porque es obra divina, y esta belleza total incluso redime en cierto modo la fealdad y el mal; no obstante, la expresión humana de la divinidad, Jesucristo, que sufrió por nosotros, es representada en el momento de su máxima humillación.

Siguiendo las huellas de San Agustín encontraremos en el pensamiento escolástico varios ejemplos de justificación de la fealdad en el marco de la belleza total del universo, donde la fealdad y el mal adquieren valor. Se diría que los monstruos son bellos porque son seres y como tales contribuyen a la armonía del conjunto y que aunque el pecado destruye el orden de las cosas, este orden es restablecido por el castigo por lo cual los condenados al infierno son ejemplo de una ley de armonía. Pero también es posible atribuir la impresión de fealdad a efectos de percepción, falta de luz distancia incorrecta, o atmósfera neblinosa.



“San Agustín, (S.IV-V)”
“¿Hay algo más tétrico que un verdugo?
¿Hay algo más feroz y cruel que ese espíritu? Pero en las leyes ocupa un lugar necesario y forma parte del orden de un estado bien gobernado(…) ¿Hay algo que pueda considerarse más repugnante que las prostitutas. Los proxenetas y otras plagas al estilo? Haz desaparecer a la meretrices de la sociedad y lo convulsionarás todo con pasiones desordenadas. Ponlas en el puesto de las honestas y lo deshonrarás todo con la culpa y la desvergüenza.
Los poetas han utilizado lo que llaman solecismos y barbarismos; han preferido, cambiando los nombres, llamarlos figuras y transformaciones, en vez de evitarlos como errores evidentes. Pues bien, quítalos de las poesías , y notaremos la falta de suavísimas atenuaciones. Reúne muchos en un sola composición y me causará irritación porque todo será relamido, pedante y afectado.
El orden que los rige y los modera no soportará que haya demasiados ni que estén en todas partes.”

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