---En el minueto “al rovescio “(es decir “al revés”) de la Sonata para piano en do de Franz- Joseph Haydn (1732-1809), el segundo movimiento es exactamente igual al primero, pero interpretado al revés, Con el recurso conocido como recurrencia. Igualmente, en una parte del Pierrot Lunaire, de Arnol Schoenberg (1874-195), la música avanza hacía adelante hasta la mitad de la pieza, y a partir de ahí se toca exactamente igual pero al revés. Paul Hindermith (1895-1963) escribió algo aún mejor: en su obra Ludus Tonale, el postludio es, con la adición de un acorde final, igual al preludio, pero la partitura está tocada hacia arriba, hacia abajo y al revés.
---Viendo el pintor Edouard Monet (1832-1883) que sus cuadros eran sistemáticamente rechazados por todos los salones y galerías de exposiciones, No tuvo reparos en sufragarse él mismo un pabellón particular donde exponer sus cuadros un la Feria Universal de París de 1867. En dicho salón, que fue denominado "Salón de los Rechazados", dio cobijo, además de a cincuenta de sus obras, a las de muchos de sus amigos que comenzaban a revolucionar la pintura moderna.
---La Obra del compositor estadounidense John Cage (1912-1992) titulada Paisaje Imaginario nº4(1953), suena necesariamente distinta en cada interpretación. Es imposible que suene igual salvo que se trate de una grabación, pues esta obra está compuesta para doce receptores de radio sintonizados al azar.
---Claro que obras musicales especiales a habido muchas. Por ejemplo, en cierta ocasión el rey Luís XI de Francia (1423-1483) ideó un nuevo divertimento musical para su corte. La novedad consistió en reunir una piara de cerdos en concierto. La "notas" se conseguían pinchando a los animales con distinta intensidad para que emitiesen un diferente chillido.
---En 1601, el pintor italiano Michelangelo Merisi o Amerighi, llamado el Cravaggio (1573-1610) recibió el encargo de pintar un cuadro sobre la muerte de la Virgen. Para añadir realismo a la obra, el pintor recurrió a utilizar de modelo el cadáver de una mujer ahogada en el río Tíber. Al conocer este hecho, los clientes, escandalizados, rechazaron la obra.
---Se ha calculado que si un copista transcribiera toda la obra musical de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) Empleara unos veinticinco años en completar su labor, trabajando diez horas al día. Mozart pasa por ser el compositor (entiéndase que de calidad contrastada) más precoz y más rápido que ha existido nunca: por ejemplo, compuso ópera “La clemencia de Tito en Sólo 18 días y en otra ocasión compuso, transcribió , ensayó y estrenó en sólo cinco días su sinfonía en C mayor “kengel 425, conocida como Linz.
---El pintor neoclásico francés Jacques Louis David (1748-1825), pintor de cámara de Napoleón, solía pintar figuras de la mitología y la historia de las antiguas Grecia Y Roma caracterizadas por su fuerte musculatura, siempre desnudas y tocadas con unos cascos muy anacrónicos que a casi todos los que los observaban recordaban a los utilizados por los bomberos. De tan chocante referencia se dio justamente en llamar a estos personajes romanos pintados por David "pompiers", es decir, “bomberos”. Desde entonces, por extensión, se suele llamar así al estilo, al pintor o a la obra que no están inspirados en la realidad o en la observación, sino que se basan en tópicos y convencionalismos de dudosa veracidad historica.
---El pintor holandés Vicent van Gohg (1853-1890), en las fases agudas de su locura, sólo podía conciliar el sueño si rociaba el colchón y la almohada con alcanfor. Más y mejor conocido es que van Gogh intentó matar, en un acceso de locura, a su amigo y colega Paul Gauguin. Arrepentido de su acción, se autolesionó, cortándose parcialmente una oreja. Aunque sus crisis de demencia se debieron al parecer, a un problema de tipo genético, también contribuyó a ellas su escaso éxito artístico. Según todas las pruebas aportadas por biógrafos, de los 879 cuadros que se ha calculado que pintó en total, van Gogh sólo vendió un cuadro en vida: el titulado : “La viña roja”
---Se cuenta que el extravagante y romántico violinista italiano Niccoló paganini (1782-1840) estaba tan obsesionado con su calidad artística tan pagado de sí mismo que en ocasiones tocaba con cuerdas de violín gastadas, con la esperanza de que se rompieran en mitad de una interpretación y así el pudiese demostrar su virtuosismo en tal situación extrema. Además de sus dotes naturales (que eran de tal calibre que se corrió la voz de que eran fruto de un pacto con el diablo), su excepcional calidad técnica era fruto de un constante ejercicio que llegó a deformar tanto sus manos que, extendidas, median cada una 45 cm.
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