sábado, 17 de septiembre de 2011

Un tesoro en el escritorio, el papel.

Antes del descubrimiento del papel, los soportes que se utilizaban para escribir eran huesos, caña de bambú, tabillas de madera o tejido de seda. Sin embargo, la seda tenía un coste elevado y el bambú muy pesado.
El papel más antiguo que todavía se conserva data de entre el año 100 y el 200 a.C. Se confeccionaba a partir de trapos de lino. Alrededor del siglo VI, la industria china del papel experimentó un gran auge. Y apareció el papel “SHIUAN” que debe su nombre a Shiuan Chou, el primer lugar de su fabricación.
Una leyenda cuenta que un discípulo del inventor del papel, Tsai Lun, vivió en esta cuidad y trabajó en esta industria. Su mayor deseo era producir un papel ideal, que fuera blanco como para dibujar un retrato de su maestro y hacer un libro. Sin embargo, pese a múltiples experimentos, fallaba una y otra vez. Un día en el valle, vio por casualidad unos árboles caídos junto a un arroyo. Estaban descompuestos y tenían un color blancuzco por efecto del tiempo transcurrido.
Se le ocurrió emplear la corteza de ese árbol para producir papel blanco y finalmente lo consiguió.
Desde entonces, este papel ha sido muy apreciado e indispensable para la caligrafía y la pintura.
Este papel compacto de texturas maravillosas. Favorece la clara distinción de los matices de las tintas; y su absorción es natural, resistente a la polilla, el calor y la luz. Se le denomina “papel precioso de mil años”
Se divide.
SHIUAN CRUDO
SHIUAN MADURO
SHIUAN INTERMEDIO
Este papel hoy día se hace con cortezas de árboles de morera, de paja, arroz, etc. En Occidente se incluye en la denominación de papel de arroz y en la mayor parte de tiendas de bellas artes.


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