viernes, 21 de octubre de 2011

Genio de las falsificaciones

La mayoría de los falsificadores de arte son maestros en un determinado estilo o materia. El falsificador que produce un Matisse pasable hará generalmente una burda imitación de algún otro artista. Pero éste no es el caso de Alceo Dossena.

Dossena, restaurador italiano de esculturas deterioradas, dedicó en 1916 aplicar sus notables dotes a la falsificación. Talló esculturas falsas, en estilos que comprendían desde la antigua estatua griega a las figuras góticas en madera. Podía labrar la piedra, fundir el bronce y cocer terracotas.
Tan prodigiosa era la habilidad de Dossena que los críticos de arte y los entendidos juzgaban a menudo sus imitaciones superiores a las piezas auténticas. Las creaciones artísticas de Dossena en el estilo de Simone Martíni eran especialmente notables. Martíni había sido pintor pero jamás, que se supiera, fue escultor. Docena estudió su cuadro de la “Anunciación” y trasladó la figura de la Virgen a una escultura sedente en madera: Los expertos proclamaron que aquello era un importante descubrimiento y los historiadores de arte se apresuraron a modificar sus textos.
Parte de éxito de Dossena se debía a su habilidad para encontrar materiales auténticos y envejecer sus tallas. Las autenticas esculturas góticas en madera, por ejemplo, eran doradas o pintadas con frecuencia. Para conseguir estos efectos ponía en remojo tallas policromadas antiguas, de poco valor, y marcos pintados. Utilizaba la madera para hacer nuevas estatuas y aplicaba sobre ellas los fragmentos de pintura que antes había desprendido. Para otorgar a sus esculturas en mármol apariencia de antiguas las sumergía en ácido cuya formula se negó siempre a revelar.
Sus falsificaciones se expusieron en los principales museos. Aunque la creciente cantidad de obras maestras descubiertas en poco tiempo comenzó a despertar sospechas, nadie pudo imaginarse que todas ellas procedían de un solo artista.
Cuando Dossena confesó finalmente haber falsificado varias estatuas famosas, tanto los compradores como los expertos de los museos se negaron a creerle, Incluso hoy día quedan todavía en galerías y colecciones obras suyas atribuidas a viejos mastros..

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