martes, 12 de julio de 2011

Los espejos del diablo (El Bosco)

Hay algo en los universos imaginarios del Bosco que nos inquieta, es más bien una presencia o tal vez un presagio, algo que amenaza y que pesa en nuestras mentes, es como si mil ojos ocultos, nos espiasen desde sus rarezas inhumanas. Es la misma sensación que tenemos cuando caminamos por un bosque, la de sentirnos observados, escuchados…Y tenemos la sensación de que algo va a ocurrir, “El bosque que oye y el campo que ve” (Gabinete de las estampas, Berlín) Pero además de las criaturas que vemos, son cientos las que nos esperan, escondidas en los infiernos fantásticos del Bosco.
Lo que ha de venir aguarda, permanece en las oquedades, las formas envolventes hacen patente el misterio.
Como en un juego de magia, el misterio se debe descubrir, recorrer el cuadro, observar de forma narrativa, a modo de viñetas.
Para toda la tradición medieval el espejo es el instrumento favorito de Satán. Lo hallamos en "La nave de los locos" (Sebastian Brant) y en "Ans dem Ritter vom Turn" en el que se observa que las madres de Brabante amonestan a sus hijos si se miran demasiado al espejo, diciendo que cuando te miras al espejo el diablo está detrás de ti. En un grabado ausburgués de 1498 en que una mujer se contempla en un espejo y en lugar de su rostro ve "la cola y el trasero de un diablillo que se retuerce y gesticula".El Bosco lo incorpora en "El panel de las delicias". Un diablillo mantiene obscenamente abrazada a una mujer desnuda cuyo rostro se refleja en las nalgas de un monstruo transformadas en espejo.
La humanidad permanece prisionera del hechizo el espejo de capote con cascabeles del diablo. En "La mesa de los siete pecados", encontramos en la soberbia, a la mujer que cruza su mirada con la del diablo en el espejo de su tocador.




El espejo posee, el inquietante poder de invertir y duplicar la realidad, y en este sentido la figura del diablo con respecto a Dios.
Loca parece que esta la humanidad que nos refleja el Bosco, solo en momentos de extrema lucidez la humanidad mira el dorso del espejo, nos sorprenderíamos viendo el mundo del revés.
Tal vez fue esta visión la que hizo caer a Lucifer, la que lo hizo ser príncipe de los ángeles rebeldes. Una visión invertida de Dios y del cielo.

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